05 noviembre 2011

De lo cotidiano y trivial a un camino desde dentro - Fabián Eduardo Rodríguez

He visto este último mensaje de la "peregrinación" el "homo viator" la trascendencia de la superación de lo cotidiano y de lo trivial en un camino  desde dentro, siguiendo con la mayor humildad a Jesús.  La peregrinación es para mi nada más que el viaje y quizás por medio de la meditación puedo seguir cada vez a Cristo pues me lleno de Él y lo puedo vivir mientras voy por este mundo de la existencia que solo es una estación o una parada que me enseña lo fútil del materialismo.

En la Meditación me concentro de la manera más sencilla a la compañía de Dios y cada vez que se me escapa el mantra regreso nuevamente, cuantas veces sea necesario.  Antes de meditar y luego de ello he pensado en Cristo como el Gran Peregrino, el vino hacia nosotros para enseñarnos: el "camino" como ejemplo, la "verdad" como doctrina práctica; y la "vida" como gracia; entonces me centro cada meditación en el aprendizaje de un peregrinar hacia un otro mundo que no es este, es el mundo de la espiritualidad donde todo es sano.

Al Meditar me siento sano y llevo a la cotidianidad ese sentir,  lo llevo a mis semejantes y sin decirlo se sienten invitados a la paz, a la serenidad y al permanente contento; se que al peregrinar por esta tierra vengo de la Esencia, entro a la existencia donde debo aprender cada día para poder regresar nuevamente a la Verdadera  Esencia y a ella no se va llevando las cosas de la existencia, de lo material, de lo supérfluo, se va llevando el aprendizaje espiritual o sea se va llevando: el camino, la verdad y la vida.

Si crees que mi sencillo pensar tiene sentido, bien puedes disponer de el, solo se que uso la palabra como el vehículo del pensar del corazón lleno de Dios. Se que el peregrinar tiene caminos y calzadas duras y muchas veces oscuras, sin embargo, solo ahí podemos encontrar un profundo sentido de fe práctica o sea convicción y confianza en lo que estamos viviendo

Abrazo a todos los Meditadores Cristianos en lo que nos une: La Gracia del Señor.


Fabián Eduardo Rodríguez

1 comentario:

Lucía dijo...

Hooola Fabián:
Meditar, orar y compartir van de la mano. El regalo es tan grande que se desborda. La Gracia del Señor se manifiesta en ti y como no se puede contener, la regalas!

Dios te bendice!