07 febrero 2012

¿Porqué pensar que soy verdaderamente importante? - Sara Varela

Escuchaba hace poco lo siguiente: SENTIR LASTIMA DE NOSOTROS MISMOS Y DE NUESTRAS CONDICIONES ACTUALES, NO SOLO ES UN DESPERDICIO DE ENERGIA; SINO EL PEOR HABITO QUE PODAMOS TENER.
.
A veces las personas tenemos el mal  hábito de MENOSPRECIARNOS, el hábito de ver quien nos puede ganar o a quien podemos ganar en defectos, en problemas o hasta en enfermedades.

Cuantas ocasiones en reuniones escuchamos a grupo de personas que “compiten” en ver quien tiene la peor enfermedad, o el peor marido, el peor trabajo, etc.… todo lo negativo que podamos decir lo repartimos en esos momentos. Esto es menospreciarnos (hacernos pequeñitos a nosotros mismos). Qué hermoso sería en cambio, que en una reunión habláramos de todo lo positivo que estamos haciendo.
 
Hace  poco alguien me preguntó ¿cómo estás?... y tristemente respondí “más o menos”… qué vergüenza!!!...  ¿Cuántas veces respondemos así? ¿Cuántas veces cuando nos preguntan ¿Qué tienes? Respondemos mejor pregúntame  ¿Qué no tengo? O ¿Qué tal te va? Y decimos mejor pregúntame ¿Qué tan mal me va?
 
Realmente si pusiéramos  en una balanza todo lo bueno que tenemos contra todo lo malo… por mucho la balanza se inclinaría en favor de lo bueno. A veces lo negativo es lo que más nos impacta y lamentablemente es en lo primero que nos fijamos. A veces nos menospreciamos hasta por  un mísero barrito que nos sale en la cara y hasta feos nos sentimos o por cosas sin valor como el que vean que no estrenamos zapatos seguido… y no nos avergonzamos que nos vean con tremenda cara llena de pesadumbre en lugar de sonreír y contagiar alegría y ganas de vivir.
  
TENEMOS UNA GRAN RIQUEZA Y NO LA CONOCEMOS
 
Antes de ver lo negativo, veamos primero TODOS los aspectos positivos que tenemos. Porque al AUTOANALIZARNOS en este sentido,  descubrimos dos aspectos importantísimos:
 
QUE TENGO UN VALOR INCALCULABLE y  QUE SOY HIJO DE DIOS.
 
Al darme cuenta que no soy la piltrafa humana que creía ser, que soy una persona que vale la pena, que valgo mucho, que soy preciosísima (o), que no soy la miseria que pensaba o que alguien dijo que era; sino que tengo un valor incalculable… descubrimos que DIOS NO SE EQUIVOCO AL HACERNOS, que Dios nos creo maravillosos, hermosísimos y que su obra es ¡GRANDIOSA!
 
“CADA UNO DE NOSOTROS  SOMOS LA OBRA DE DIOS… Y COMO OBRA DE DIOS SOMOS DE UN VALOR INCALCULABLE.”
 
Tenemos cosas hermosísimas solo por una razón: “somos hijos de Dios”. Dijo Dios al hijo y al espíritu Santo al hacernos: “HAGAMOS AL HOMBRE A IMAGEN Y SEMEJANZA NUESTRA”
 
Dios ya nos hizo a IMAGEN de él, por eso tenemos tantas virtudes y tantas cosas preciosas.
Ahora nos toca a ti y a mí ser SEMEJANZA, PARECERNOS A ÉL.
 
¿Soy semejante a Dios cuando me menosprecio a mi mismo o a los demás? NO
¿Soy semejante a Dios cuando hablo mal de alguien? NO
¿Soy semejante a Dios cuando enveneno el alma de un niño? NO
¿Soy semejante a Dios cuando veo a otro ser humano como un objeto de placer? NO
 
La pregunta primordial es:
 
¿Podemos ser semejantes a Dios? … “CLARO QUE SI”… tan es así, que Jesucristo nos dio un mandato: “SEAN BUENOS Y SANTOS COMO VUESTRO PADRE ES BUENO Y SANTO”…. Jesucristo no nos dijo: intenten dijo SEAN.
 
Cumplir este mandato es lograr la semejanza con Dios… y solo puedo lograrlo dando el primer paso que es cuando me doy cuenta por mi mismo de la riqueza que poseo... en ello nos jugamos nuestra FELICIDAD...
 
Saludos.


1 comentario:

Lucia Gayon dijo...

Querida Sara:
Qué hermosa reflexión escribes! Me parece prácticamente profunda y profundamente práctica! Nos llevas al centro - a realmente apreciarnos y amarnos por ser hijos de Dios.