17 mayo 2012

Permaneced en mi...Permaneced en mi Amor - Inma Martí

Toda esta semana están resonando más hondas e insistentes estas palabras de
Jesús que se vienen leyendo en la Eucaristía.


Fue un día andando por la calle, que imaginé a Jesús compartiendo esos momentos
de intimidad con sus amigos, en una fiesta tan importante para ellos como era la
Pascua. De pronto me di cuenta del nuevo contenido que ofrecían sus palabras.
El Evangelio de Juan en sus capítulos 14 y 15 recuerda densamente estos momentos
en que Jesús se daba cuenta de lo que iba a suceder. "Permaneced en mí…
permaneced en mi amor".


Recuerdo hace muchos años, después de haber convivido con mi primera comunidad,
al servicio de los niños, me destinaron a otro lugar. En la última eucaristía
que celebramos juntas, en el momento de la comunión yo tomé la guitarra y empecé
a cantar, brotando las palabras de mi corazón y las lágrimas abundantes de mis
ojos: "Como el Padre me amó yo os he amado, permaneced en mi amor"… En mi
canto había un poco de lo que decía Jesús y un mucho de lo que yo sentía.
Quería decirles a las hermanas que las quería mucho y que necesitaba que me
continuasen queriendo, aun en la distancia. Pero a la vez quería fundir este
amor en el de Jesús.


Con el tiempo he aprendido que siempre es así. Necesitamos querernos, amarnos.
Jesús como hombre también necesitaba amar y sentirse amado. Pero lo que hay en
sus palabras es mucho más. El amor humano se funde de forma incomparable con el
amor de Dios. Esto solamente en Él puede suceder de forma plena y por eso nos
lo brinda. Esto es lo que nos da, lo que nos ofrece y a la vez nos pide.
Jesús pide a sus amigos que no vayan a otro lado, que no busquen más, que
permanezcan en él. Porque él permanece en su Padre… quiere que el Amor del
Padre sea Todo en todos… y sabe que esto pasa por el amor entre hermanos. Pero
no cualquier amor… Jesús dice: "Permaneced en mi amor", no dice "en vuestro
amor". También nos lo recordaba ayer el P. John, como amablemente nos brindaba
Lucía.


No me canso de leer y tratar de escuchar en mi corazón estas palabras. Hoy me
las dice a mí. Cada nueva palabra que Él pronuncia, cada sentimiento nacido de
su corazón, me va llevando con más hondura a lo que es el Misterio del Amor de
Dios. No hay otras palabras para expresar lo que tan bellamente nos comparte
Juan, después de tantos años de ahondar en su vida, él y su Comunidad, lo que
significa el Amor que trajo Jesús. Jesús, al entregar su vida al Padre, también
nos entrega a nosotros, sus amigos, nos lleva con Él. Sus amigos se quedan aquí
y guardan en su corazón a Jesús, su amor, su entrega… y van descubriendo que
esto no es fruto de ellos, sino del Espíritu, de Dios mismo en sus corazones.
Cuando murió mi madre, en los primeros momentos de la separación física, me
consolaba mucho saber que de ella había quedado mucho en nosotros, sus hijos.
Hace algo más de un año mi amiga perdió a su hijo y yo trataba de consolarla
diciendo que él se había llevado ya al cielo una parte de ella misma… ¡¡¡Pero
todo esto no es nada, comparado con lo que nos ofrece Jesús!!!
Seguimos en silencio. Seguimos agradeciendo y escuchando ese latido de amor de
Dios que tiene poder para transformar nuestros amores pequeñitos, protagonistas,
de alguna forma interesados en cambiar a los demás, en cambiar las
circunstancias que no nos encajan… en el silencio aceptamos cada vez más
plenamente el hacer de Dios en nosotros, nos desprendemos de una forma suave y
pacífica de todo lo que nos parecía importante. Dios nos ofrece algo
incomparablemente más valioso que todo lo que podamos nosotros imaginar en
nuestros proyectos y planes. Aprendemos a amar como Jesús nos amó. Nuestra
vocación es llegar a amar con el mismo amor de Jesús.
Tomo unas palabras de James Borst en su librito sobre la oración contemplativa:


"Hago entrega de mi corazón mis sentimientos y mi amor. Mi corazón ya no ama
con su propio amor. "Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios" (1 Jn
4, 7). Es Jesús quien, por medio de su Espíritu, ama a su Padre en "mi" hálito
de amor. No soy yo quien ama, sino que Él ama en mí y a través de mí… Y su amor
es tranquilo, sereno, inefable y duradero".


Con un gran abrazo.




Inma.


Publicado por:
www.permanecerensuamor.com

No hay comentarios: