17 mayo 2012

Tercera Bienaventuranza - Inma Martí Seves


1.  ¿Qué fue lo que más te llamó la atención de este escrito?
He leído los primeros versos del s. 37 que Benedicto cita en esta lectura.  Me llama la atención la invitación a la confianza en Dios y también la promesa de poseer la tierra.
“Ten confianza en Yahveh y obra el bien,  vive en la tierra y crece en paz,
ten tus delicias en Yahveh  y te dará lo que pida tu corazón.
Pon tu suerte en Yahveh, confía en Él, que Él obrará;
hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía.
Vive en calma ante Yahveh, espera el él. 
No te acalores contra el que prospera, contra el hombre que urde intrigas.
Desiste de la cólera y abandona el enojo, no te acalores, que es peor;
pues serán extirpados los malvados, mas los que esperan en Yahveh poseerán la tierra.
Un poco más y no hay impío, buscas su lugar y ya no está;
mas poseerán la tierra los humildes, y gozarán de inmensa paz!
 
Habitar o poseer la tierra.  He recordado a tantos migrantes, hermanos nuestros que salen de su tierra en busca de una vida mejor.  Todas las penurias que tienen que soportar: soledad, enfermedades, hambre, a veces cárcelâ -  si no los encontró la muerte en el camino.  Recuerdo a tantos y tantos que conocí en Libia (Recuerdo a Askalu, joven eritrea con su hijito Nahúm que murieron en el mar.  Askalu era un ejemplo vivo de humilde confianza en Dios.  Entre las poquísimas cosas materiales que la acompañaban en la habitación en que vivía, en una estera con su hijo y con otra compañera, estaba la Biblia.  Desde que salió de su país empezó el sufrimiento.  Desde el primer momento se vio probada su esperanza.  Pasó todo su embarazo sin que supiera nada su familia, porque había sido violada en la travesía por el desierto.
 
Hay muchos anawim, pobres de Dios, por el mundo.  Como entonces.  Jesús los ama, los ensalza, afirma que poseerán la tierra.  Jesús se acerca al sufrimiento de las personas para intentar aliviarlo, aunque sea solamente con unas palabras, con un abrazo.  No tiene barreras, no siente miedo ante ellos ni ante quienes le critiquen por romper estas barreras.  También él es humilde.  Los verdaderos creyentes, los que despojan su fe de todo adorno, pueden ver al Rey que reinará entre ellos así: justo, victorioso, humilde, como lo describe el profeta Zacarías.
 
¿Qué tienen las personas humildes?  A su lado todos nos encontramos bien, las personas humildes no son personas abatidas, son alegres, confían, aunque tengan muchas dificultades.  Los humildes se aceptan como son, saben que no son perfectos, saben que todo les es dado como un regalo.  Son ellos mismos un regalo también para los demás, pero sin darse ninguna importancia, sin darse ni cuenta.  ¡¡Gracias, Señor, por las personas humildes, que nos hacen el camino más llevadero, que nos enseñan a aceptar y amar la vida!!
 
2.  ¿Qué paralelismo puedes ver entre tu vida y la tierra prometida?
 La tierra prometida es para mí el momento presente.  Aquí y ahora es mi oportunidad de encontrarme con Dios, de vivir en su Amor, de compartirlo.  Aquí y ahora es momento para descubrir todos los dones que no he merecido y que puedo disfrutar.  Hoy Dios me está amando infinitamente.  Este hoy es la tierra prometida.  Y existe desde siempre y para siempre. 
Con un gran abrazo.  Nos sabemos unidos en este precioso camino del silencio, en el que Dios nos conduce y nos atrae cada vez más hacia Él, que es Amor.
 
 
 
 
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