15 julio 2013

Resultados

Un amigo tuyo te dice que ya lleva X tiempo meditando pero que no ve o no siente los resultados. ¿Qué le dirías?

Quizas tiene muchas expectativas.....esta esperando sentir algo especial...meditar es solo descansar en el AMOR!!!!!!
Los cambios son sutiles. Un dia se dará cuenta q esta mas en paz..q tiene una mirada diferente. ..en fin es una experiencia tan personal!!!!¨!¨

Lo unico q tengo claro q hay dias q son maravillosos y otros no tanto.  Perseverancia y no expectativas.

Bss

Bernardita de Argentina


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Le preguntaría sobre qué resultados espera, y a raíz de ello confrontar sus deseos con la realidad de la meditación.

Porque una de las cosas que más nos impide seguir adelante en una relación es todo lo que volcamos y esperamos del otro.

Parte de esas expectativas son imágenes que volcamos de lo que nos gustaría o no del amor, pero no son el Amor mismo, no son Dios.

Cuando hayamos sacado y visto las imágenes que proyectamos sobre Dios, que son hechura nuestra, empezaremos a estar más encaminados, y nos iremos adentrando, no por lo que queremos ver de Dios, o por el resultado que Dios nos ha de mostrar. 

Porque una relación así sería muy interesada, y estaríamos comerciando para que se nos de tal o cual resultado, y perderemos el adentramos en el misterio de Dios.

Dios sabe cómo somos y sabe que necesitamos purificarnos de todo esto que queremos ver, de las respuestas inmediatas y a nuestro modo, y por eso nos hace caminar a oscuras, sin ver, en Noche Oscura, así nos va metiendo en la profundidad de Dios sin que nosotros veamos mucho, sin que sintamos mucho, sino en advertencia general y amorosa.

Es más, dudaría más de alguien que sintiera mucho a Dios que de alguien que no lo siente, sospecharía de alguien que da cuenta de todos los resultados obtenidos de meditar que de quien sigue adelante sin todavía notar nada.

Solemos equiparar a Dios como con una relación que nos ha de aportar algo, y si no rompemos con el, como con cualquier otro amor. Jugamos a negociar con el, y si no obtenemos una buena correspondencia pues nos vamos.

Pero Dios, que sabe nuestra naturaleza, espera, espera, nos va transformando, para que le deseemos sin aspirar a nada más, vacíos, enseñándonos a amar sin condiciones, por el Amor mismo, y por eso nos deja muchas veces a oscuras y sin ver, para que le reconozcamos más allá de nuestra vista, mas allá de nuestro molde, de donde queremos colocar todo lo que amamos.

Dios, que no tiene molde, ni se ajusta a el, quiere que decidamos por nosotros mismos dejar ese molde, para empezar a dejarnos moldear según su amor.

No nos damos cuenta, pero Dios ya está trabajándonos como barro a través de sus manos de Alfarero, y tarde o temprano caeremos en la cuenta que el Amor nos moldea, y veremos los frutos, frutos del amor obrando en nuestra naturaleza, del mismo amor obrando a través nuestro.

Que no seamos conscientes todavía no significa que no esté obrando, al contrario a Dios le gusta obrar a escondidas, en lo secreto de nuestra morada.

Cuando seamos conscientes de ello ahí es cuando sabremos que somos obra del amor, y que nos impulsa el amor. Pero ya lo está haciendo sólo nos hace falta ser conscientes y la meditación nos mete en esa escucha del obrar escondido de Dios, a la vez que acallamos nuestro parloteo y nuestras consideraciones.

La primavera no llega sin antes haber pasado un otoño de desnudez, un invierno de pobreza, hasta que renace de lo más dentro, de los más hondo y todo se llena de tanto esplendor.
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Al reflexionar sobre la pregunta, ese amigo soy yo misma hace tiempo atrás y desde mi experiencia en un principio condicionada por la educación y la cultura en que el objetivo debe ser medido, cuantificado, comparado, discutido y concluido (asi como en una tesis) puedo decir que la meditación es transformación permanente e ilimitada, y lo que queremos ver no lo vemos cuando queremos, sino cuando realizamos acciones del día a día o cuando en circunstancias de la vida de alegría o profundo pesar podemos percibir desde nuestra frágil humanidad la fuerzA actuante de nuestrA vida; el amor que nos ama sin hasta cuánto, cuándo, ni dónde.
Saludos
 
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Verdaderamente!,   ayer muy de noche con una gripe a cuestas, me llegó un pensamiento tentador, ...y si te acostas y ya, y dejas la meditación para cuando te sientas mejor, menos cansada...?. y sin embargo, medité por  30 minutos, no paso nada...me dormí gran parte del tiempo y sin embargo, pasó todo...descansé en el amor....
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Querido Jesús:
Muchas personas que me escriben hacen esta pregunta y escriben "pidiendo ayuda" porque sienten que no avanzan y que no ven resultados.  Hay una como especie de desesperación de no poder tener control, de no lograr el éxito, de que los problemas no sean resueltos "a pesar" de que "oran mucho", o de que hacen muchas prácticas devocionales.

Tenemos una visión de un Dios mágico que se mueve al compás de nuestras acciones sagradas. 

Dios es Amor y El es siempre y en Jesús entramos a una relación personal e íntima con El.  El no se mueve como consecuencia de nuestras acciones.

El problema de las expectativas, imágenes que hacemos tanto de Dios como los otros, es que estas nos llevarán siempre a la decepción y a tirar la toalla. 

Muchas gracias por tu hermosa reflexión - me encanta lo que dices de que a Dios le gusta trabajar, moldearnos a escondidas.

Un abrazo,



Lucía Gayon 
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Gracias a ti, Lucia y a todos los que compartimos este espacio. 

Es cierto que la necesidad nos pone en tesituras en las cuales pedimos a Dios una respuesta, una solución en última instancia, una salida de nuestros males y aquejamientos.

Así,  nos ponemos delante de El y oramos, y al presentarle nuestras necesidades nos quedamos tanto en ellas que no salimos de ellas, nos quedamos tanto en nosotros mismos que se nos olvida que estamos en presencia de Alguien más, mucho más, y por  ello la oración y un meditar así, en torno a nosotros mismos, nos cansan, nos fatigan, nos contraria, y nos oscurecen de tal forma que se sale de ella como si no se encontrara nada, como si hubiera estado perdiendo el tiempo.

Esto desanima mucho. Pero nos puede enseñar mucho, porque es como querer coger agua de un pozo que tiene en el fondo y en las paredes mucha arena, y al recogerla removemos tanto el agua que no podemos beberla ni apagar nuestra sed.

Tenemos sed, mucha sed, mucha necesidad.

Pero al sacar el agua la sacamos siempre con tanta arenilla, tan turbia y sucia, que nos impide saciarnos y calmar la sed.

La meditación nos lleva a serenar y calmar ese momento, para que, con las aguas calmadas, aprender a sacar el agua sin turbación, sin removerla más, sin agitarla mucho. Y desde ahí ver la situación de otra manera.

Quizá haya que sacar mucha agua con arena hasta que aprendemos que lo que nos va a calmar la sed es confiar, es pacificar en lugar de agitar, porque así la arenilla se va a fondo y podremos beber el agua del Señor y calmar la sed de nuestro corazón.

Recordemos a la Samaritana en el pozo junto al Señor, y el diálogo que se establece entre ellos para encontrar en Jesús a Aquél que puede saciarnos por completo.

Un abrazo,

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Jesús gracias por compartir tan maravillosa y claramente!
Cuando se nos mueve el piso enturbiamos el agua, y así turbia con arenilla aceptándola en ese estado, podemos raspar y alisar nuestras heridas.
 
Bendiciones,



Publicado por:
www.permanecerensuamor.com

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