Hay
una analogía sufi que nos describe como una carreta. El armazón
equivale al cuerpo, el caballo a las emociones, el cochero al intelecto,
y nosotros somos el pasajero que va dentro de la carreta. Todo debe
estar armonizado para poder vivir, y el equilibrio
es la fuente de la sanidad, lo cual permite que vayamos hacia donde
queremos ir. Si elegimos el camino de la oración profunda para nuestra
vida, el cuerpo, la mente, las emociones, deben estar disponibles para
colaborar, y no ser un obstáculo en el camino. La vida santa no es más
ni menos que esa armonía, para vivir la vida cotidiana en estado de
oración, en medio de las alternativas de todos los días.Blanca Valloni
Publicado por:
www.permaencerensuamor.com
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