18 julio 2014

Prudencia y Sabiduría - Lucía Gayón

La prudencia como una de las 4 virtudes cardinales creo que viene acompañada por la Sabiduría - las dos operan juntas.

Una de las cosas que aprendemos de la prudencia es saber callar.  A veces podemos confundir la sinceridad como el querer decir todo lo que pensamos o lo que sentimos, lo que, por muy "sincero" que sea, puede traer situaciones muy difíciles como el herir a los otros.

La falta de prudencia puede ocasionar la traición por romper con la confianza o la confidencialidad  que existe en una relación.  Hacer públicas nuestras opiniones de otras personas en forma negativa es definitivamente una gran falta de prudencia y de sabiduría.

La prudencia nos enseña a ser empáticos y cuidadosos con los otros; con lo que nos comparten o con lo que sabemos de sus vidas.  A veces tenemos dudas si debemos enfrentar a alguien o "decirle sus verdades".  Creo que cuando existe esa duda, lo mejor es desechar la idea y guardar silencio. 

Cuando necesitamos dialogar con el otro porque existe un conflicto, debemos primero reflexionar en cómo expresar nuestras opiniones - decidir si lo que vamos a decirle al otro va a ayudar o solo queremos desahogar nuestras emociones.  El desahogo de emociones se puede olvidar de la prudencia y puede llevarnos a situaciones de violencia.

En el diálogo con el otro para resolver conflictos, es importante enfocarse en los hechos o en las acciones y cuidarnos de no atacar a la persona.  Por ejemplo, a un niño que no hizo su tarea se le puede llamar la atención diciéndole que no hizo la tarea, que debe cumplir con su trabajo, que debe de ser disciplinado. Se le puede decir algo como "haz tu tarea ahora para que luego puedas  jugar", "¿cómo te puedo ayudar para que tu tarea sea más fácil?".  No se le debe nunca decir "eres un flojo o irresponsable y, si no haces la tarea, ya no te voy a querer".  "El próximo domingo cuando venga toda la familia, les diré que no hiciste la tarea y que tu hermano es más listo que tú"

El ejercicio de meditar cada día, de hacer silencio deliberadamente, es una forma muy buena de cultivar la prudencia y a través de la razón y de la sabiduría, aprender a aplicarla en nuestra vida.

Una vida de oración profunda, la disciplina de meditar todos los días, por la Gracia de Dios hace que las virtudes se cultiven en nuestro interior.  El silencio y el tiempo son los dos grandes aliados de la prudencia.

Lucía Gayón

PS Añado esta referencia a la definición de Prudencia

 




Publicado por: www.permanecerensuamor.com
 

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