Hay mucho estrés entre mis amistades y familiares, pero por regalo de Dios tengo algo de tranquilidad, y sé que día con día la tranquilidad aumentará. Qué bueno es saber que tengo un Padre y no un padre cualquiera, es el Señor del Universo, y no soy su hijastro o su etenado - soy su hijo, su hijo y eso me da tranquilidad y puedo vivir en paz con lo que me rodea.
Dios te bendiga, que el Señor esté contigo.
Como decía San Pablo: ´No digo que ya llegué, solo digo que olvido lo que qued atrás y me lanzo hacia adelante´.
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1 comentario:
Cuando un niño de pronto despierta para realizar que sus padres lo aman, este es un gran paso en su desarrolo, pues ahí aprende el valor del agradecimiento.
Cuando nos percatamos de que somos hijos de Dios, como bien lo expresas en tu escrito, nos pasa lo mismo que al niño - despertamos a la Gracia del Agradecimiento!
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