Hace unos dias, oi de mi párroco en misa que la Cuaresma es una invitación al desierto. Jesús, con su ejemplo, nos invita a hacer ese viaje. Estas palabras me llegaron tan profundo que las hago mías. Siento que la Cuaresma es justamente eso, una invitación a adentrarnos en el Silencio, en el vacío, en ese espacio sin límites, ser capaces de dejar todo atrás y rendirnos a la Vida. En la meditación, afloran todas mis ataduras, mis apegos, mis preocupaciones… si pudiera, aunque solo fuera por un instante, dejar todo eso atrás y tocar suavemente la oscuridad…
Jaime
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1 comentario:
Gracias Jaime,
Lo que me encanta de la oración, de la meditación, es que siempre es practicable, siempre resuena con nuestra vida litúrgica, con las estaciones de nuestra vida. Es Jesús siempre, ahí con nosotros!
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