A veces podemos sentir como que la llama
del llamado se atenúa, o se debilita. A veces no sentimos a Dios, o
baja nuestro entusiasmo, o no vemos los resultados que esperábamos, a
veces, desfallecemos.
Percatarnos de este estado y de dejarnos
sentir reconociendo lo que nos ocurre, es un momento de Gracia. Pero,
¿qué hacer cuando me siento así?
Creo que es importante abrazar el momento
difícil, la tristeza, la desilusión, el sentimiento de abandono - ayuda
también el poder expresarlo,comunicarlo a alguien de nuestra confianza.
Es importante reconocer que es un momento
de Gracia porque es en lo ordinario de nuestra humanidad que ocurre lo
extraordinario de la divinidad. Alabar ´ese´ momento permite
percatarnos que la Gracia penetra en nosotros.
Por eso volvemos a nuestra meditación
diaria - para que entre los fragmentos de lo que nos duele o lo que
desanima, se haga presente el momento de Amor - lo único que nos
purifica y que nos salva.
Lucía Gayón
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www.permanecerensuamor.com
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