Aún
con cierto tiempo de meditador no es fácil distinguir cual es la
realidad de Dios a la que estamos llamados, el día a día es afanoso y
pareciera un choque entre dos realidades, pero de alguna manera poco a
poco se va interiorizando en la realidad divina, y el que busca
encuentra y va dando paso al espíritu santo quien nos abre una puerta a
esa nueva realidad; iluminando, dando luz paz y armonía a nuestra vida.
Saludos a todos los meditadores.
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