Amigo, es bella la vida? Divide 30 min. en tres grupos. Es maravilloso tomar 10 min en la mañana y agradecer por que te guardo durante el sueño nocturno y lograstes ver un nuevo día al lado del ser que amas. Meditar otros 10min. dando gracias a lo que llego al trabajo. Porque tengo trabajo y puedo llevar el pan a mi mesa. Y que mas inmensa alegria que llegar a mi casa y en lo que me cambio meditar 10 min. Porque mis retoños estan vivos, bellos y saludables y gracias a ellos soy padre o madDios
Meditar es agradecer y responder a Dios por su inmenso amor. Amigo, doy gracias a Dios por tenerte. Eres un tesoro para mí.
Nelia
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Sí se encuentra cerca de Dios y vive en su presencia, nada. Muchos son los caminos que llevan a Dios.
De todos modos la oracion es como el pan, tiene 4 ingredientes (cada uno en su proporción): agua, harina, sal y levadura.
Yo lo comparo con los 4 tipos de oracion: contemplativa, la acción de gracias, la oracion de petición y la intercesión.
Todas
son necesarias, al igual que todos los ingredientes conforman un buen
pan al calor del amor de Dios. Sí falta algún ingrediente ....
Por eso le animaría a no dejar de lado ningún tipo de oracion puesto que el conjunto forma un todo que engrandece nuestra vida.
Un saludo
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LE DIRIA QUE SIEMPRE HAY TIEMPO. QUE Hay que examinar
nuestras actividades para establecer prioridades. bueno yo voy en el bus
y medito, estoy en espera de algo, mientras tanto medito. aprovecho
cuando me quedo solo en casa, o cuando estoy pensando en cosas que no
tienen la pena mejor decido meditar. estoy seguro que este tiempo de
meditación es mas provechoso que otras cosas.
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Le diria q se haga un horario pero q al igual q en el trabsjo tiene q
cumplirlo....hasta q le tome el gusto a la meditacion y vea los frutos.
Quizas seria bueno q empezara con 10m...15m.....y haci.
Saludos
Bernardita Guida
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Yo diría a este amigo mío ( como tantas y tantas veces me digo a mi
misma) que la oración es encuentro, que cuando nos disponemos a
meditar, nos disponemos a encontrarnos con el Señor.
Es
tomar conciencia, es darme cuenta, ya que El es y esta siempre en
mi...pero soy yo la que no esta! Y me lo pierdo! Es como estar siempre
invitada a una fiesta, todo esta pronto y listo y no voy!!
Por
tanto no importa si estoy " de animo o no" , no importa donde te, como
este. No importa si " siento o no siento" , lo que importa, lo único que
importa es desear el encuentro y ya!!
Así que
amigo, le diría, no te pierdas la oportunidad de experimentar el Amor!
Es ahora, es acá, estas invitado, no te lo pierdas!!!
Los abrazo con amor desde Buenos Aires.
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Después
del diluvio, cuando los animales llegaron a tierra (después de haber
estado muy cerca del Señor todos a una rogando a Dios) cada uno se fue a
encontrar su lugar no sin que antes Noé les dijera que tuvieran tiempo
para Dios que los salvó y los llevó a tierra firme.
Todos se propusieron que sí, y todos salieron del arca con esa intención.
Sin
embargo la misma búsqueda del alimento, de su lugar, de reproducirse,
el contacto unos con otros, el cuidar de los suyos,..., hizo que
surgieran siempre otras cosas.
A
ver quién le dice a la avecilla silvestre, que no se aparta del nido
por sus polluelos, que tenga tiempo para Dios (¡en plena crianza!), o al
ciervo que berrera día y noche detrás de una cierva en celo que deje su
época del pavo para dedicarse más a lo importante justo cuando tiene
las hormonas más altas (¡en el enamoramiento!), y a los
gansos cuando cruzan un continente que den descanso y busquen a Dios,
cuando les queda miles de kilómetros para llegar (¡en los
desplazamientos!), o a la hormiga que no cesa de ir y venir para tener
sustento en el invierno y que no puede detenerse porque si no no llega a
final de mes (¡ en trabajos fatigados!), y el castor que vuelve a
construir la casa que una riada se ha llevado por delante (¡construyendo
el hogar!), o la trucha y el salmón, corriente arriba, que ha de ir en
contra de las circunstancias y que se desgasta por completo en ello,
¿cómo pedirle más ?
La
alimentación de las crías supone muchas veces un sobresfuerzo que quita
todos los planes propios, como para dedicarse a la contemplación.
Alguno
hasta se decía que si María de Betania hubiese tenido que atender a sus
hijos y otras reclamaciones, quizá no tendría tiempo para el Señor, y
tendría que hacer como Marta, porque una familia supone una entrega de
sol a sol y no parar.
Cuando podemos elegir prioridades parece que no aprietan por encima las necesidades y las obligaciones.
¿Cuáles son verdaderamente nuestras necesidades principales?
El
padre John era un águila en una montaña y podía batir sus alas mirando
todo desde el cielo, podía pararse en lo alto de un cerro y dejarse
tocar por el viento.
La
vida religiosa (me refiero a los que eligen consagrarse en ese estado),
está en un ambiente y en un marco que ayuda a meterse porque hay unas
condiciones adecuadas para la oración y la contemplación.
Naturalmente
estar en ese ambiente no significa que se entre verdaderamente en el
misterio de Dios, pero lo prepara e invita a ello.
A los laicos se nos plantea cómo construir esto en medio de nuestra vida particular.
Tenemos
como
modelo y referencia, desde hace siglos, este estado, y es lo que se
busca entre los laicos cuando se habla de contemplación, y lo solemos
asociar a la vida religiosa, de los espacios y lugares monásticos y
conventuales, como del águila o del búho.
Sin
embargo, aunque sirve de ayuda esta orientación, mientras tengamos como
modelo el búho o el águila, el monasterio o el convento, no podremos
descubrir la maravilla que somos en el estado en que estamos.
Porque la gran riqueza de la Creación nos mete en una amplia gama de posibilidades.
Hemos
de aprender a orar desde el estado en que estamos, y seguramente tenga
más valor cinco minutos de amor contemplativo de una madre que trabaja,
que atiende a su madre anciana, y que va y viene con la compra del día,
las recetas del ambulatorio, la carpeta de un curso que realiza, ...,
pero lleva un gran deseo de Dios, en lugar de uno que dispone de largos
días para charlas y retiros, allá por las montañas, donde la naturaleza y
todo habla de Dios.
Buscamos tiempo para orar,
pero no se trata de minutos, ni de horas, ni de tiempo, se trata de
cuánto corazón ponemos en lo que hacemos.
Importa la intención, en espíritu y en verdad.
Pero
podemos también caer en lo contrario, que sería complacerse en que uno
ya tiene bastante con lo poco que hace, dentro del trajín de la vida, y
que ya ora y medita mientras va y viene, en las labores cotidianas, que
se acuerda de Dios y hace algún rezo.
Mirar,
he vivido muchas situaciones, incluso sin libertad, y siempre hay un
momento, siempre hay un espacio donde poner la mirada en el Dios que
tanto nos ama.
Hay que hacer hueco para respirar, hay que crear espacios para el respirar de Dios.
Este hueco interior, esta hondura, no es sólo acordarse de que
Dios está allá arriba y yo abajo, o decirme que está a mi lado, como el
sonido de mi mochila al andar.
¡Ay, si lo viéramos como una necesidad, como la de respirar o alimentarse...!
La avecilla con sus polluelos seguro que lo encuentra, y también el que adolece en la edad del pavo, así mismo como el
que viaja, el que trabaja de sol a sol, como en cualquier situación, Dios se cuela, y nos podemos colar en Dios.
Eso
es orar, percibir el paso de Dios por nuestra vida,que Dios es motor de
nuestra vida, y la meditación nos ayuda a ser conscientes de ello.
Con
todo ello no quiero decir que no hay que buscar un momento y un lugar
para meditar, pero que ello no nos agobie, pues vamos a buscar paz, no a
pelear por territorio, por un lugar o un momento a solas con Dios.
Y hay que buscarlo como el
agua, como el alimento, porque sabemos que necesitamos de momentos de
amor, de contacto, como cualquier enamorado, de palabras al oído, y aquí
es cuando aprendemos que el que ama siempre encuentra un momento para
estar con su amado/a. Esto es lo importante, este anhelo y este deseo
del corazón que nos mueve a la oración.
Vamos
a estar con el Dios amado, a estar con el Amor, de corazón a corazón, y
cuando hay esto, el tiempo no es un problema, y llegará, no para
cumplir con un tiempo estipulado, sino porque nuestro corazón nos lo
pide.
Sólo hay que fomentar este deseo del corazón.
Desde donde nace el corazón, un saludo
Jesús, Tres Cantos, Madrid
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Cuando sinceramente queremos tener ese momento de silencio, de vacío, para conectar con la Fuente, creo que siempre hay algún momento a lo largo deldía para conectarse. Y ese momento no tiene que ser necesariamente mientras esperamos al autobus o en esos ratos que consideramos como perdidas de tiempo, creoque el compromiso con uno mismo es esforzarse para conseguir ese contactocon la Fuente y es a través del silencio y ese silencio empieza por aquietarla mente.