Conocemos el Amor de Dios en cada meditación, porque lo experimentamos y sobre todo porque sabemos de sus frutos, sabemos del Amor que se multiplica, sabemos de la paz que nace y crece, sabemos de la sabiduría y el autoconocimiento que nos produce. Entonces, es desde nuestros lugares personales, la familia, el trabajo, nuestro barrio, la parroquia, que debemos multiplicar esa experiencia, podemos transmitirla y darla a conocer...el Amor de Dios es una experiencia que nos traspasa, que nos inunda y se queda en nuestros corazones, nos transforma, nos hace más amorosos, tolerantes y solidarios....y cuando no lo somos, nos da la capacidad de saber pedir perdón. Cada uno aportando lo mejor en su humilde lugar en el mundo, es cierto que hay mucha oscuridad, sin embargo sin dejar de tener la esperanza de que los que gobiernan encuentren otro modo de organizar las naciones, no debemos dejar de hacer lo propio. Qué el Amor de Dios se traduzca en acciones, seamos verdaderos Cristianos, actuemos el Evangelio cada día...incluso en los lugares en donde no nos es posible hablar de Jesús, actuemos "en Jesús", seamos Uno con y en Él para los otros.
La
Madre Teresa de Calcuta decía: "A veces sentimos que lo que hacemos es
tan sólo una gota en el mar; pero el mar sería menos si le faltara una
gota" Seamos gotas de amor, tolerancia, respeto, dignidad, justicia y
perdón con cada ser del universo.
La Paz de Jesús los Bendiga a todos
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