Viene escondida en el viento
Vestida de rocío y
escarcha,
En sus manos heladas,
cuchillos de plata
Cortando el aire, la
piel del agua
Avanza la niebla
sobre las murallas.
Se duerme la noche
mientras sueñas
El cielo se puebla de
silentes estrellas,
Cae la nieve besando
las entrañas de la tierra,
Diciembre te invita a
mirar hacia dentro
A buscar en la
hondura el calor de un encuentro.
Los ángeles cantan,
la Virgen María acoge y calla
Arden en su vientre
las brasas del Amor
El Verbo de Dios se
hace carne, se hace llama
Cauterio suave que
lava tus heridas y sana tu dolor
Trocadas ahora en
cenizas luminosas
Para hacerte llama en
la Única llama de su Vivo Amor.
Luz de Luz que
enciende un crepúsculo de rojas rosas
En los bosques
silenciosos del alma.
¡Cómo te enamoran
Dios mío la humildad y la pobreza!
Vienes a nacer en la
confianza ataviada de inocencia
Esta Navidad es
intimidad en lo secreto, ingrávida belleza
Que se mece en la cuna
del silencio donde brota Tu Presencia.
Tus ojos de niño nos
miran desde nuestro corazón
Divino misterio de
compasión y ternura más allá de la razón
Lo imposible se hace
posible en nuestro pesebre interior.
¡No te resistas a que
EL VENGA, EL VIENE Y ES AMOR!
Abre la posada del
silencio, Escucha su Voz enamorada:
“Entra, esta es tu
casa, dentro de ti está mi Morada
donde se alumbra MI
PALABRA, donde nace TU REDENTOR.”
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