fervoroso y "palpitando" en el aire el misterio de la Pasión y de la Cruz) propias de mi tierra.
Despues durante muchos años las viví desde una sencilla y cómoda naturalidad,sin perder nunca el punto de fervor,piedad y perdón que me inspira,pero a una cierta distancia.
Ahora aspiro a comprender y a dejarme inundar por el misterio de la Cruz y la pasión de Cristo desdela sencillez,la serenidad y la humildad de que soy capaz.También es una lección indeleeble para la vida diaria cuando nos llega la hora de las cruces que cada uno tenemos.
Un abrazo para todos.
Eduardo Silva
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