Creo
que cuando oramos, ya estamos insertados por el amor, la confianza y la
fe al Dios todopoderoso que nos salvó y nos redimió, y dentro de esa
corriente de amor nos ponemos en sus manos y le ofrecemos todo. El pacto
se da en la comunicación de ese darse infinitamente de El y el
ofrecimiento nuestro tan imperfecto y débil, pero de amor humano al
fin. En la meditación creo que ese pacto se sella silenciosamente,
aquietadamente pero profunda y comprometidamente, cuando lo buscamos con
el corazón y convencidos de que esa unión o alianza con El, es la
verdad única, el fundamento de nuestro existir. Gracias,
Mari de La
Plata.
Publicado por:
www.permanecerensuamor.com
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