22 diciembre 2011

Mensaje de Navidad de Graciela Moranchel

Queridos amigos de esta Comunidad de Meditación Cristiana:
¡Alegría y paz para todos ustedes!
 
Les transmito mis deseos. Sé que son muy ambiciosos. Pero con ustedes me puedo dar el lujo de expresarme sin tener que soportar malas caras ni enojos, creo yo.
 
Sencillamente: No quiero que una vez más la celebración de la Encarnación se transforme en una "fiesta" de fin de año más. Tampoco me interesa que sea llamada la "fiesta de la Familia", porque no lo es.
 
No me anoto en la lista de los ansiosos para comprar y para recibir regalos,
ni para las corridas que significan preparar la típica "cena" de Nochebuena, la abundante raviolada del almuerzo navideño, el exceso de bebidas y dulces, y el ataque auditivo de los cohetes y música bailantera. ¡¡¡No quiero nada de eso!!! Me cansé.
 
Ya sé. Algunos tal vez me dirán que soy una aburrida. Que no sé vivir la vida. O peor aún: que no tengo la capacidad de "respetar" siquiera a los que sí saben festejar las fiestas a lo grande...
 
No es así mis hermanos. De ningún modo. Respeto absolutamente a todos y deseo que pasen estos días lo más felices posibles, cada uno a su manera, con total libertad.
 
Simplemente quiero expresarles mis deseos, porque no podré hacerlo con mi familia tan abiertamente sin provocar molestias varias.
 
Estoy cansada de todas estas algarabías vacías. De todo este movimiento alocado y consumístico. De los problemas familiares que se suscitan invariablemente todos los años para estas fechas: que con quién pasaremos el 24, que con quiénes el 25, que con quiénes el 31, y que si llamo a éste o a aquél, etc. etc. etc.
 
Quiero poder darle a la Navidad el único sentido que tiene: Navidad es "Jesús". No me interesa Papá Noel, ni los arbolitos, ni las lucecitas... nada. Navidad es Dios que se hizo hombre para acercarse a nosotros y enseñarnos cómo ser más plenamente humanos. Navidad es la "Buena Noticia" que nos dice que otra dimensión de la realidad se nos abre a los que anhelamos ver la Luz de la Verdad.
 
Navidad es JESÚS. Su morada es nuestro interior. Ese es el humilde pesebre donde mora el Altísimo. Lo demás no tiene mucho sentido para mí.
 
Deseo para todos ustedes una Navidad plena de la "Presencia" de Aquél que habita en nuestros corazones por el amor y que es el Único que puede colmar nuestros anhelos de vida, de paz y de alegría, y que puedan tener muchos momentos de SANTO SILENCIO en Dios.
 
Con amor,
 
(de Almagro, Bs. As.)

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