25 junio 2014

Anhelo de Eternidad - Lucía Gayon

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque.  Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir.  ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Cuando inicié este camino, quería yo aprender a meditar.  Pasado algún tiempo podía yo meditar o meditaba cuando podía.  Hubo tiempos en que tenía yo que meditar.  Actualmente estas 3 acciones vienen y van pero descubro una que creo que se da solo por la Gracia de Dios -  es el anhelar meditar.

El camino ha sido marcado por un "querer", por un "poder", y por  un "tener".  Pero por la  Gracia de Dios he vislumbrado también lo que es anhelar meditar.

Anhelo la meditación, como anhelo el Amor, más que satisfacer una necesidad; anhelo el silencio y la quietud, anhelo ver como lo que hace ruido en mi vida va calmándose justo como cuando el agua queda quieta y se puede vislumbrar el reflejo del misterio.

Esto ocurre inesperadamente - unos fulgores de claridad - muchas veces pasan rápido y quiero  atraparlos.  Pero sé que los tengo que dejar ir - como cuando aprendo a dejar ir, incluso, la señal del Amor.

Cito el poema "Eternity" de William Blake:

´He who binds to himself a joy 
Does the winged life destroy
He who kisses the joy as it flies
Lives in eternity’s sunrise´
 
 
 
Lucía Gayón 


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"...hasta el fin de mis días" - Jesús Rosales

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque.  Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir.  ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Cuando pruebas la meditación ya no puedes dejarla, porque cuando hay prisas y no pudiste hacer meditación sientes que te falta algo, pero luego lo llevas al consciente y dices: ¿qué me preocupa? un poco después de las prisas te darás el tiempo para meditar. Si has dejado de meditar, no te preocupes, simplemente "vuelve". Yo siempre recuerdo cuando me dijeron: te puede llevar 20 minutos lograrlo o 20 años y cuando tomé la decisión me dije: "no me importa el tiempo, lo que me importa es que voy a emprender un camino no recorrido" y ése será un "espacio sagrado" hasta el fin de mis días.  



Jesús Rosales


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24 junio 2014

Cuando medito SOY - Mechi Jiménez

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque.  Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir.  ¿Qué es lo que te motiva a continuar?


Cuando medito, SOY. Me uno a todo lo que ES. Parte de un TODO. Las urgencias se calman, las obligaciones esperan........, SILENCIO, Me hago consciente de lo ETERNO, lo inconmovible, PAZ......y una alegría profunda que siento la necesidad de compartir.......brota de lo profundo......AMEN.....



Mechi Jiménez


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Paz interior - Lilian Patricia Villatoro

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque.  Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir.  ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

La necesidad de tener Paz Interior  se que al meditar invito al Ser Supremo que habite en mi corazón y que esos momentos que dedico diariamente a El son los más lindos en mi vida, muchas veces tengo distracciones al meditar pero se que tengo que volver a retomar el camino, por que es una disciplina del alma y ninguna disciplina es fácil pero Dios que es todo Amor no rechaza nuestra invitación al momento que lo invocamos. 




Lilian Patricia Villatoro


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22 junio 2014

De la atención al Amor - Blanca Valloni

Estar atenta a la hondura del ser, donde anida un dolor humano y profundo, que no proviene de algo exterior sino de lo existencial, y desde ahí hacer surgir la plegaria que siempre repito: "Jesús, ten piedad de mi!", me permite estar presente en la realidad, consciente de ella y de la nada que hay. Es como el salmista que dijo: "Desde lo hondo a Ti grito, Señor!". 

Por un lado el vacío, que desespera a los sentidos y a la mente inquieta, y por otro la plenitud del Amor, que no viene de mi, sino de su Fuente. Pero esto se mezcla con los deseos y rechazos que surgen del ruido que también hay en mi. 

El camino es hacia el sólo deseo de Dios, todo el tiempo, pero sin esperar la posesión, como si se tratara de un objeto, sino recobrar la conciencia de la unión que ya está dada. El camino es el del Amor.

De ahí mismo, desde ese dolor y desde esa profundidad, emana un gozo que me acompaña siempre, aunque no sé si la palabra que lo define es gozo, ya que se mezcla con certeza, serenidad, confianza..

No hay más que seguir profundizando, estar en silencio, perseverar, dejar ir lo que se suelta y no querer atrapar nada en su lugar. De nuevo el Amor.....



Blanca Valloni


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Es el camino a recorrer - Blanca Valloni

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Una de las cuestiones que me motivan a seguir meditando, es el hecho de haberme podido desprender justamente de si tengo entusiasmo o no. No me lo planteo. Me doy cuenta de que este es el camino que quiero recorrer, y lo recorro. En el silencio y la quietud descubro que la oración profunda, requiere no tanto de entusiasmo, sino de determinación. Ir purificando mi querer, para que llegue a ser solo Dios lo que yo quiera, y en Él, todo lo que Él ponga en mi camino y todo lo que Él permita en mi. Y como puedo poco por mis propias fuerzas, confío en Aquel a quien invoco con la plegaria que repito al meditar, una y otra vez el Nombre de Jesús...


Blanca Valloni


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21 junio 2014

El arte de la construcción de bóvedas y la meditación - Enrique Lavín

El ex-convento franciscano de Alfajayucan, en el estado de Hidalgo, al noreste de la Ciudad de México, ha sufrido los embates del tiempo, los descuidos y las 'restauraciones' bien intencionadas pero totalmente desafortunadas. Los techos de todos los cuartos del segundo piso en algún momento fueron realizados cómo bóvedas. Este método constructivo fué traído de Europa por los arquitectos constructores de los conventos religiosos del siglo XVI en toda América y es un verdadero arte. Consiste en crear, utilizando solamente  tabiques y yeso o mortero, techos con cierta curvatura, sin utilizar los apoyos de madera comunes en la construcción de los techos planos tradicionales.

Cuando llegamos para iniciar la meditación con los niños, vimos que estaban iniciando la construcción de un techo de bóveda en una de las habitaciones que se están restaurando. Me quedé un rato observando y el maestro de obra me comentaba: 'esta manera de construír depende de la habilidad del albañil. Tiene que colocar los tabiques uno por uno, teniendo cuidado de colocarles el yeso en las caras de contacto y, aprovechando que el tiempo de fraguado es rápido, ir avanzando en la colocación, siguiendo una curvatura previamente trazada. Lo importante es mantener el mismo espesor del yeso, para que todo quede uniforme.


Es simplemente cuestión de práctica, de ritmo. Tomo el tabique, le pongo yeso, lo coloco en su posición, me aseguro que sea el grueso correcto y tomo el siguiente tabique, le pongo yeso...etc.

Pensé que hay una cierta relación con la construcción de estas bóvedas y la repetición de la palabra sagrada. La instrucción es muy simple, pero la ejecución no es sencilla y requiere de trabajo y atención.

Me dice entonces el maestro de obra, - ¿sabes? En realidad no es cuestión más que de práctica, la mejor manera de aprender a hacer bóvedas es haciéndo bóvedas.

Para entonces ya se habían juntado los niños y me fuí con Paty y con ellos a meditar. Paty había preparado un pequeño cuento para ir introduciendo al silencio a los niños.  Ellos, al igual que nosotros, necesitan un poco de calma para iniciar la meditación. De esta manera, capturando su atención con la narración, es más fácil iniciar la oración.

En esta ocasión el cuento es sobre un ratoncito que está en la selva y no sabe como es pues nunca se ha visto. Quiere saber como luce y le pregunta a diferentes animales si luce como ellos. Al león le pregunta si tiene una melena tan bonita como el, y el león le contesta que no, que tiene el pelo cortito y feo. A la girafa si tiene el cuello tan largo y esbelto y la girafa le contesta que no tiene ni siquiera un poquito de cuello, pero aparte tiene una cola larga y horrible. El chango le dice que sus ojitos son terriblemente chicos, nada que ver con los de el que son grandes y hermosos.

El ratoncito, abrumado y triste, se sienta a llorar en una piedra. Se aparece entonces el búho, quien le reclama haberlo despertado con sus lloriqueos pués el duerme de día para poder vigilar de noche... Y le pregunta por el motivo de su llanto y le dice que se vaya al estanque, y que vea su reflejo en él. El ratoncito, agradecido, corre al estanque pero emocionado por lo que acaba de decirle el búho, no se puede detener y se cae al agua. Sale a la orilla y trata de ver su reflejo, pero obviamente no es posible por las olas que se generaron con su chapuzón.  Se desanima y empieza a llorar de nuevo. El búho le dice entonces: - escucha con atención: siéntate en la orilla, en silencio y quietecito, respira con calma y tranquilízate...


Poco a poco el agua se va a calmar y podrás ver tu reflejo. Y vas a ver que eres una creatura perfecta y bella, única e irrepetible. Y así como tú, somos todos y todos nos podemos entender y llevar bien porque formamos parte de una gran familia. Todos somos diferentes pero compartimos la belleza de nuestra creación y por lo mismo podemos convivir y estar en paz unos con otros.
Entonces el ratoncito se asoma y ve su reflejo y entiende que es perfecto.

Después de la narración, iniciamos como siempre con una canción - Yo tengo un amigo que me ama - que vamos cantando cada vez más quedito hasta quedar en silencio y comenzar a meditar. Después de meditar, hacemos el proceso inverso y terminamos cantando fuertemente.

Una vez que terminamos, fuímos a despedirnos del padre Víctor y de repente un gran estruendo nos sobresaltó...vino del cuarto que estaban remodelando.


Los tabiques estaban rotos en el piso y el maestro de obra le decía al albañil: tienes que tener cuidado. La instrucción es simple pero no sencilla. Hay que practicar más y estar atento al colocar los tabiques. Limpia el espacio y vamos a empezar de nuevo...cada bóveda es como la primer bóveda, si no pones cuidado, se te puede caer. Así que vamos de nuevo...una vez más...

Me quedé pensando en la importancia de esta lección, cuidado y atención amorosa a la repetición de la palabra, forman la base de nuestra meditación. Y cada meditación es nueva, siempre somos principiantes, siempre tenemos la oportunidad de empezar frescos y siempre el Señor nos sale al encuentro en donde y como estamos.




Enrique Lavín


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“…tu guardián no duerme”. Salmo 121 - Patricia Di Marzio

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?


"...tu guardián no duerme" Salmo 121




Definitivamente la Confianza  es lo que me motiva a seguir meditando…la confianza en Él, porque es lo único estable y constante que me lleva a dejarme habitar, no importa que tan malo o bueno haya sido el día, espero ese momento para sentarme y ser junto a Él. 


La confianza y la seguridad de que Él estará siempre, en la alegría, en el dolor, en lo que puedo y en lo que no y sobre todo saber que estará aún, si algún día en el vacío más vacío de mi alma yo me olvido de ello. 


La meditación es un don que Dios nos ha entregado, solo nosotros podemos empezar a  hacerla posible y en esa invitación sagrada entregarnos y hacer Comunión de vida en Gracia, como un manantial permanente y luminoso. 



Patricia Di Marzio


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Busco a Dios - Mercedes de Flores

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?


El meditar entre tropiezos y distracciones y aceptar todo esto, es uno de los frutos de la meditación.- Necesitamos entender la meditación como una relación con nosotros mismos, con Dios, con las personas de nuestro entorno, y es aquí donde perseverar en la fè es muy importante.- La acción liberadora de la oración es algo grandioso, eso es lo que màs me motiva, entre otras cosas a seguir el camino espiritual.- Santo Tomàs de Aquino decía que la contemplación consiste en el disfrute sencillo de la verdad, que es tiempo para ser, es como si pensara con el corazón y me dijera ¨* Busco a Dios *, sè que èl està aquí, que èl es ahora y es el camino de la meditación lo que me va a llevar al ser de Dios, al eterno ahora de Dios.- Te abrazo y te bendigo.-


Mercedes de Flores


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La Fe, el amor a Dios - María del Rocío

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

La Fé, el amor a Dios.

El amor a la vida, a mis semejanes, a todo lo que hago.
El simple hecho de vivir.

Me  entusiasma hacer Meditación, por que me gusta leer todo lo que nos escribes, mandas por correo.




María del Rocío


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Dejar de cuestionarme - Bernardita Guida

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?


Justamente hoy meditando sentí una des motivación profunda.

Empecé a cuestionarme pq estaba sentada repitiendo un mantra sin saber para que.


Decidí dejar de cuestionarme y acordándome de Ignacio de Loyola me dije: es el mal espiritu así q continúe contra el sin sentido y salí en paz.


Cuesta a veces meditar sintiéndose vacío, sin experimentar el Amor pero la experiencia vivida me dice q esa es la gran tentación. 



Bernardita Guida
Chile


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No claudicar - Alicia Isabel Gundín

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Antes de comenzar a meditar, me interioricé acerca de las dificultades que podrían surgir.Y la pérdida del entusiasmo inicial, era señalada como una de las principales.Todos los autores leídos por mí y los compañeros más avanzados en la práctica recomendaban no claudicar.Eso fue lo que hice, con excelentes resultados 

Alicia Isabel Gundín
 
 

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La experiencia de su Presencia - Esther Carrera

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

La experiencia de su Presencia. 

Un beso,

Esther


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Paz, quietud, serenidad - Mari de La Plata

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Lo que me anima a continuar meditando , es que cada vez que me siento a meditar, me introduzco en la paz, la quietud, la serenidad, y todo esto lo ansia mi alma, para luego vivir durante el dia , el mensaje del Señor. Es como ir a nutrirme , como tomar una vitamina para impulsar a mi espíritu a efrentar el día. Además creo que más allá de la oración vocal, que también practico mucho, la meditación me sumerje en la inmensidad del amor de Dios, y aunque no lo vea y no lo oiga, se que está, y eso me llena de alegría y gozo. Gracias, 



Mari de La Plata  


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Constancia - Luisa Macías

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?


Es verdad lo que nos sucede al comenzar la práctica de la meditación, una especie de enfriamiento, yo la he superado con la constancia y me entusiasma mucho la paz interior que experimento por sentirme muy cerca y amada de Jesús, sin embargo muchas son las veces que me distraigo pero insisto en la práctica y me siento muy feliz. Gracias y un abrazo muy afectuoso.


Luisa Macías


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Dios siempre nos busca - Francisco Urdapilleta

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?


Hola querida hermana en Cristo !!!
Antes que nada te doy las gracias por este servicio semanal, es de mucha ayuda para mi...justamente relacionado con la pregunta de la semana,porque no importa cuantas veces dejé de meditar...todas las mañanas y las tardes tengo la oportunidad de volver a empezar. Creo que de eso se trata este maravilloso camino de la Fe, no importa cuantas veces uno se caiga, deje o se canse, siempre siempre se puede volver a empezar... Dios siempre nos busca, nos espera, nunca se cansa de nuestras miserias, nos ama a pesar de nuestra ingratitud, de nuestra ceguera, su paciencia es infinita.

Gloria a Dios por su infinito amor !!!

Gran abrazo en Cristo Jesús 


Francisco Urdapilleta


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Diálogo con Dios - Susana Vons

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Me motiva la forma de oración que es el meditar, quiero tener un diálogo con Dios y la prefiero a las otras formas de oración, me ayuda el meditar en grupo una vez a la semana. Ya la tengo incorporada a mi vida y cuando no puedo hacerla la extraño.-



Susana Vons


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Paz y serenidad - Estela Velozo de González

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Es así, cuando empiezas con la meditación hay un gran entusiasmo y luego eso va disminuyendo, pero ante una dificultad o alguna situación difícil recurro a la meditación porque con ella aprendí a encontrar la respuesta a todo en la vida, la paz y serenidad que se necesita.



Estela Velozo de González



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Me motiva la Gracia - Ana María Zannino

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Me motiva a continuar,,, el entusiasmo de haber comenzado. Si bien no soy un relojito en la práctica, mi entusiasmo no disminuye porque lo considero una gracia que crece por esa misma gracia recibida inmerecidamente. A lo largo del dia y no reducida a la forma de la práctica es cuando siento que los frutos de la meditacion se abren como una invitacion a amar como El nos amó. Esta de mas decir..que ese entusiamo lo siento como la conciencia misma de Dios, la voz de Dios.


Ana María Zannino


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Me motiva profundizar el vìnculo con su amor y permanecer en El - Alicia Beatriz García

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Me motiva profundizar el vìnculo con su amor y permanecer en El.


Alicia Beatriz García


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Encontrar a Jesús en lo profundo de mi corazón - Mercedes Inés Pasquali

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

 No soy muy constante. Siempre retomo. Me motiva a continuar el silencio, el encontrar a Jesús en lo profundo de mi corazòn. Él es lo importante en mi vida


Mercedes Inés Pasquali


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Me motiva la búsqueda de esa energía interior que se llama AMOR - Mercedes Elorza de Flores

Cuando iniciamos el camino de la meditación cristiana, podemos tener un gran entusiasmo que es un gran motor de arranque. Sin embargo, al continuar, ese entusiasmo puede disminuir. ¿Qué es lo que te motiva a continuar?

Me motiva la búsqueda de esa energía interior que se llama AMOR y ese AMOR no es otro que el amor de DIOS, Sè que èl està aquí en lo màs profundo de mi corazón, busco el eterno ahora de Dios y es el camino de la meditación lo que me va a llevar al reino de Dios....!!! !



Mercedes Elorza de Flores


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17 junio 2014

El Reino de Dios predicado por Jesús o la Buena Nueva - Alfredo Neira




Para Jesús la Buena Nueva era lo mismo que el Reino de Dios, la presencia  de Dios dentro de nosotros, la Vida eterna o la Verdad.  El siempre insistió en la perentoria necesidad de orar con perseverancia y sin desanimarse jamás. Como nos  lo muestra en la parábola de la viuda y el juez que no temía Dios (Lc. 18, 1-7)o la parábola del que fue a pedir panes  prestados para atender a un visitante inesperado.(Lc. 11, 5-13.)

Con su práctica Jesús confirmó esta gran necesidad de orar. Los cuatro evangelistas mencionan más de quince veces que Jesús después  de cada día de trabajo, de andar predicando y sanando a cientos de personas, él se retiraba a lugares solitarios y tranquilos y se ponía a orar. En algunas ocasiones Jesús se pasó orando toda la noche.(Lc. 6,12)Varias veces los evangelistas mencionan que sus discípulos lo acompañaban en estos momentos de oración y aprendieron con él cómo orar.(Lc. 9,18)

La visita al huerto de Getsemaní constituye el momento más crucial para Jesús como ser humano. El puede sentir la enormidad de los sufrimientos que van a comenzar casi de inmediato. Se postra en el suelo y ora en voz alta al Padre. Cuando encuentra a Pedro y los demás apóstoles dormidos en vez de estar en vela junto con él, Jesús hizo la advertencia más crucial para los que lo seguían en esos momentos y para sus seguidores de todos los tiempos.  “Estén despiertos y orando, para que no caigan en tentación; el espíritu es animoso, pero la carne es débil.” (Mt. 26, 41)

Cuando Jesús insiste en la gran necesidad de orar no se refiere a un simple balbuceo de palabras, sino a una actitud de pobreza, humildad y total sometimiento y confianza en Dios. A una reverente apertura de nuestro espíritu ante la presencia de Dios que siempre habita dentro de nosotros.Esa actitud de oración ante un Dios amoroso y presente en nuestros corazones, implica una renuncia a nuestro propio yo, a nuestros pensamientos e imaginaciones. Es la actitud de ser instrumentos voluntarios y dejar que sea Dios quien actúe en nosotros.

El mensaje central y poderoso de sus tres años de predicación que Jesús llamó la Buena Nueva o la gran noticia es que Dios está presente en el universo y habita dentro de cada uno de nosotros. Y ese Dios Infinito no solo está presente dentro de nosotros sino que nos ama. Esta gran verdad implica que debemos cambiar nuestra forma de pensar en forma radical. Ese cambio se realiza en lo más profundo de nuestros corazones y por eso debemos dejar nuestros propios caminos y seguir los caminos de Dios. “Arrepiéntanse y cambien sus corazones porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mt. 4, 17.) Así gritaba Jesús a lo largo y ancho de toda Palestina.

El Dios creador del universo se había encarnado en Jesús, quien tenía clara conciencia de esta gran realidad.  Pero sus enseñanzas y todos sus milagros incluyendo su resurrección estaban encaminados a hacernos conscientes de que el Dios amoroso encarnado en él también está presente y mora en cada uno de nosotros.
Más tarde en uno de los encuentros con las multitudes que lo seguían para escuchar su mensaje, unos fariseos le interrogaron: “Cuando va a venir el Reino de Dios? Y él les respondió: La venida del Reino de Dios no es cosa que se pueda verificar. No se va a decir: Está aquí o está acá. Y sepan que el Reino de Dios está en medio de ustedes.” Lc. 17, 20-21. En la narración de este hecho Lucas usa la palabra griega (entós) que significa  dentro de vosotros o en vuestras vidas.

Cuando Jesús hizo estas afirmaciones no se refería a algo que va a pasar después de la muerte sino algo que ya está sucediendo ahora. El Reino de Dios se está llevando a cabo ahora, dentro de cada persona. Dios está presente dentro de buenos y malos.
Para Jesús, tener el Reino de Dios es lo mismo que tener la vida eterna. Jesús afirma en Juan 17 que  él vino a comunicar la vida a todos los mortales y para disipar cualquier malentendido como, por ejemplo, que la vida eterna es después de la muerte, Jesús afirmó categóricamente: “Pues esta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesús el Cristo.” Jn. 17, 1-3.  Está implícito en esta afirmación que el conocimiento de Dios, por la fe al cual Jesús se refiere, debe llevarse a cabo durante la vida presente como un requisito para poder ver a Dios cara a cara después de la muerte.

Para Jesús, tener el Reino de Dios dentro de nosotros o tener la Vida Eterna es lo mismo que tener al Espíritu Santo presente en nuestras vidas.  En los capítulos catorce, quince y dieciséis del evangelio de San Juan Jesús dedica varias horas, antes de su pasión, para explicarnos quien se iba a quedar con nosotros después de su partida al Padre.
Yo rogaré al Padre y él les va a mandar “a otro abogado o intercesor que estará con ustedes siempre.” “Este es el Espíritu de Verdad que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes saben que él permanece con ustedes y estará en ustedes.” (Jn. 14, 15-17).

Cuál es la razón de esa permanencia o habitación del Espíritu Santo dentro de nosotros?  “En adelante el Espíritu Santo Intérprete…les va a enseñar todas las cosas y les recordará todas mis palabras.”  (Jn. 14, 26). El Espíritu Santo nos “ayudará a producir mucho fruto, llegando a ser con esto mis auténticos discípulos.” ( Jn. 15, 8). El fruto del cual Jesús habla son las buenas obras de servicio a los demás. Y por último, la permanencia del Espíritu Santo dentro de nosotros es para “introducirnos en la verdad total.” (Jn. 16, 13). Que es,ser conscientes de la presencia de Dios en nosotros.

También, el Reino de Dios para Jesús, es lo mismo que la Verdad.  Ante el tribunal que le juzgaba y representaba a Cesar, Jesús proclama, en forma oficial, que él es Rey y como tal vino a dar testimonio de la Verdad. “Tú lo has dicho: yo soy Rey. Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la verdad. Todo hombre que está de parte de la verdad, escucha mi voz.” (Jn. 18, 37).

El verdadero seguidor de Jesús cumple con el mandamiento del amor y produce mucho fruto. (Jn. 15,8.) 

Amar a Dios y al prójimo con nuestras acciones es un indicador de que Dios habita en nosotros. (Jn. 14, 23.) Y según Jesús, los que guardan los mandamientos son hijos de la Verdad. “Ustedes serán mis verdaderos discípulos si guardan siempre mi palabra, entonces  conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” (Jn.8, 31-32.) Conocer la Verdad es lo mismo que conocer a Dios y a Jesús. La Verdad es que Dios habita dentro de nosotros y está siempre presente y nos ama. Cuando alguien se deja guiar por el Espíritu Santo se libera de todo lo que quebranta las leyes de armonía del amor y camina al unísono con la voluntad de Dios. Es libre.

La Buena Nueva o el Reino de Dios para Jesús es que Dios es amor. La presencia de Dios en nuestras vidas es la prueba más poderosa de que Dios es amor y nos ama. San Juan, a lo largo de su evangelio y en especial en su Primera Carta expresa categóricamente que “Nosotros hemos encontrado el amor de Dios presente entre nosotros, y hemos creído en su amor. Dios es amor.” (1 Jn. 4, 16).

En varias ocasiones los Evangelios nos presentan a Jesús orando en alta voz, practicando la oración oral.  Varias veces se menciona que Jesús se retiraba a lugares solitarios y tranquilos a orar, pero no se menciona cómo oraba.  En el capítulo sexto de Mateo Jesús mismo nos indica que él practicaba la oración contemplativa en silencio y sin palabras. Y Lucas nos dice que sus discípulos aprendieron de él cómo hacerlo. “Un día se había ido Jesús a un lugar solitario para orar y sus discípulos estaban con él.” (Lc. 9, 18.) En el siguiente evento Jesús nos indica cómo oraba él, cuando se retiraba a solas o con sus discípulos a lugares tranquilos y sin bullicio.

“Tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre que comparte tus secretos, y tu Padre, que ve los secretos, te premiará. Al orar no multipliques las palabras, como hacen los paganos que piensan que por mucho hablar serán atendidos. Ustedes no recen de ese modo, porque antes que pidan, el Padre sabe lo que necesitan.” (Mt. 6, 6-8.)

Cerrar la puerta, además de un lugar físico, se refiere al recinto interior de nuestro espíritu. La puerta de ese recinto son nuestros ojos. Como Dios habita dentro de nosotros no es necesario, a este nivel de unión íntima con El, decirle con palabras lo que necesitamos pues El ya lo sabe.

Durante sus tres años de ministerio público la gran preocupación de Jesús fue ayudar a sus seguidores a tomar consciencia del gran valor de la presencia de Dios en nosotros. Con muchas parábolas, especialmente en Mateo 13, Jesús trata de enfatizar qué tan valioso es, ser conscientes, de la presencia del Reino de Dios en nosotros.

La presencia de Dios en nosotros es como un tesoro escondido en un campo o como una perla de gran valor.  La presencia de Dios en nosotros es como un grano de mostaza que comienza en pequeño y crece como el arbolito de un huerto. Tomar conciencia de la presencia de Dios es algo dinámico y poderoso que se expande de un ser humano a otro como la levadura que una mujer pone en dos medidas de harina.

A esta forma de orar que es la contemplación, el Catecismo de la Iglesia Católica la llama “El tiempo fuerte por excelencia de la oración, un don de Dios, mirada de fe, silencio, comunión de amor portadora de vida.” (# 2709-2719.)

Si usted desea aprender a ponerse en contacto con el Dios amoroso que siempre ha estado habitando en su corazón y le ama, póngase en contacto con el autor de este artículo: aeneira@yahoo.com. O puede llamar a Alfredo E. Neira, al teléfono: (415) 515-1650 (en Argentina).


Alfredo Neira


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