24 marzo 2013

Inicio de la Semana Santa - Inma Martí

Escuchar el relato de la Pasión según S. Lucas me ha impresionado.  Todos tienen algo que decir.  El sanedrín, los letrados, el pueblo, Herodes, Pilatos.  Todos dicen algo.  Jesús no habla.  No dice nada para defenderse.  Ahora Jesús no necesita decir nada.  Ya lo dijo durante toda su vida.  Buscando el bien y la vida plena para sus semejantes, haciéndose siervo.  Ya lo dice ahora con su silencio.  Al final tiene dos palabras, una de perdón y compasión; otra de confianza total.
 
 Me doy cuenta de cómo necesito yo hablar para defenderme,  para justificar mis actuaciones cuando siento que no son comprendidas…  Más que una enseñanza moral para mis comportamientos, que también, encuentro aquí una fuerte llamada a  adentrarme en su misterio, en su vida, en su corazón.  El silencio de Jesús me impresiona.  
 
Me impresiona también que Herodes y Pilato se hacen amigos, porque antes se llevaban muy mal.  Interpreto que se unen por conveniencia, frente a alguien por quien se sienten de pronto amenazados  (el pueblo sigue a Jesús) y después comprueban que la amenaza no es tal.  Jesús es manso y humilde de corazón.  No tiene que ver nada con los poderes de este mundo que tanto nos gustan.
 
También me ha impactado mucho escuchar que la muchedumbre había asistido a este "espectáculo".
 
Yo deseo vivir este misterio unida a Jesús, no como un "espectáculo", sino como la raíz de mi vida.  El itinerario de mi vida no está exento de muertes, de desprendimientos, de dolor a veces…  Es un camino de liberación, aunque parezca absurdo.  Quiero aprender a recibir todo en mi vida como un ¨"huésped honorable".  Sólo quien conoce y acepta el desprendimiento, la desposesión, puede sentirse libre, cada vez más libre.
 
También el himno de la carta a los Filipenses nos habla de esto.  Las primeras comunidades cristianas, a partir de haber experimentado a Jesús Resucitado en sus vidas pueden entender lo que fue su vida y su entrega y también pueden entender lo absurdo y doloroso de su pasión y muerte.  Por eso no cantan sólo su exaltación, sino cómo llegó a ella.  Se hizo siervo, por amor.  Se sometió.  Qué poco nos gusta esa palabra.  Quienes convivieron con Jesús lo pudieron comprobar.  PASÓ HACIENDO EL BIEN.  Para eso tuvo que despojarse, pasar por uno de tantos! y someterse.
 
Quiero convivir con Jesús.  Aprender constantemente de Él y ser valiente en dejar atrás mi búsqueda de afirmación.  
 
Silencio...  Camino al Amor que se hace Servicio a l@s herman@s.   Desde la confianza inquebrantable en Dios- Fuente del Amor.
 
Con un gran abrazo.   
 
 
 
 
Publicado por:

No hay comentarios: