10 febrero 2014

La Fe de ayer y la Fe de hoy - María Pía



Nuestra fe es algo que nos ha llegado por herencia. La teología enseña que hay dos fuentes la Sagrada Escritura y la Tradición.


Con la primera fuente tendríamos que leer detenidamente la Biblia  y entenderla. El segundo impedimento, y el más difícil, son la diferencia  que existe entre nuestras maneras de hablar y de pensar y los textos antiguos que ya tienen de dos a tres mil años. El lenguaje es expresión propia de un tiempo físico en donde se conjugan varios factores históricos, geográficos y culturales.


Cuando entablamos conversaciones donde tenemos que avalar nuestra fé en algo reaccionamos diciendo: «Pero la Biblia dice... pero Jesús enseña... pero Pablo escribe...». Y con esto, cerramos la puerta a cualquier diálogo y damos por terminado el intercambio de opiniones.


Lo que está escrito sigue siendo palabra humana, todo lo que explica del cielo lo saca de la tierra.


Si a Pablo le parece que las mujeres no deben hablar en las asambleas, o cree que deben llevar un velo sobre sus cabezas cuando oran en público. Deberíamos cumplir aún con estas palabras?


Las escrituras están escritas  a partir de su propia fe, y el evangelista es un ser humano como nosotros. Son expresiones de fe personal de cada uno. Y hasta el día de hoy, cada cual cree a su manera y esta se halla condicionada por su propia identidad y por el entorno y las circunstancias que rodean su vida.


Sin duda es bueno incorporar textos de la sagrada escritura no para afirmar que las ideas propuestas son infaliblemente verdaderas, sino porque ellas concuerdan con la idea que vive o la idea que ha vivido en la tradición.


Extractos del libro: Otro cristianismo es posible de Roger Lenaers


Creo, que Dios está en ti en mí y en todo lo que nos rodea, creo que respiramos constantemente a Dios. Creo que la vida día a día es un milagro y el tener fe, abandonándose en las manos de Dios,  ya es una revelación.


Paz y bien,



María Pía 

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