03 julio 2014

Sanidad y Santidad - Alicia Vinet

Queridos amigos meditadores:
Es el Amor es Dios en nosotros, y es sabernos muy amados el que nos sana.


Todo el que por misericordia  despierta a esto y tiene conciencia que "existimos, respiramos y nos movemos en el Amor, en Dios mismo, comienza a sanar.

Cuando lo contemplamos en la meditación su memoria toca la nuestra y la va sanando.Su entendimiento toca nuestro pobre entendimiento y lo sana.


Su voluntad, ilumina la nuestra y nos inclina siempre a decidirnos para hacer el bien.
Meditar nos hace estar atentos al Amor a madurar espiritualmente, nos lleva a mirar la vida toda con una mirada distinta.


Al contemplar la vida, desde el Amor, se logra por gracia  trascender las apariencias y en todo se ve el mensaje divino, y esto sana.


Meditar, nos sensibilizará de manera cierta a todo lo bueno de la vida, nos despierta también a nuestros defectos, pecados, errores de apreciación, condicionamientos, estupideces, es como que se nos permite tener una lente distinta donde el discernimiento se aclara.


La paciencia se hará nuestra compañera de viaje, junto a otras virtudes como la esperanza, la fortaleza, la prudencia y la fe y todas nos irán modelando que maravilla no?


 Es obra del Amor, del Médico Divino , la Trinidad misma no se dejará ganar en todo lo que pidamos de corazón anhelando ser más buenos y justos, si lo pedimos con fervor creciente El no puede negarse, no puede negarse a si mismo, por ser todo bondad, seremos desvestidos de la ignorancia, de la ceguera, y se nos concederá el vivir plenamente el sabernos infinitamente amados, y todo el que se siente muy amado, sana.
Son las faltas de amor lo que nos enferman.

Aprenderemos a entrar en el cuarto y por qué no? a quedarnos en El a mirar toda nuestra vida y la de los demás, todos desde el Amor mismo.


Habrá tormentas, desengaños, cruces, pero desde El, todo se experimentará diferente.

El Médico Divino, nos enseña como iniciar la sanación: entrar al cuarto y cerrar la puerta , y ahí en lo secreto se produce siempre el encuentro El nos espera siempre, solo desea sanarnos.

Lucy nos trae a nuestro padre espiritual, John Main recordemos juntos algo lo que nos dice:

                                                                                    
Todos primero debemos percatarnos de nuestra falta de disciplina.
El amor de Dios se nos da a cada uno de nosotros libre, generosa y universalmente.
El amor de Dios fluye de nuestro corazón como un manantial poderoso.
...
Cuando descubrimos que encontramos la sabiduría en la quietud, y logramos pasar esta prueba de distracción: Su oración es nuestro regalo y lo que tenemos que hacer es estar disponibles, y esto lo logramos poniéndonos en silencio.

Desde el amor infinito de Jesús y María 



Alicia





Publicado por:
www.permanecerensuamor.com

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