28 marzo 2012

La Anunciación - Inma Martí Seves

No quiero que pase el día sin compartiros el gozo que año tras año en un día como hoy, fiesta de la Anunciación del Señor, tengo oportunidad de vivir intensa y hondamente, junto con mi comunidad y todas las Hijas de la Caridad.
Celebramos de forma especial que Dios,  Amor eterno, se encarnó en el tiempo, y haciéndose uno de nosotros compartió el tiempo, el pan y el vino, la palabra, el gesto comprometido hasta dar la vida… y nos sigue acompañando en tantas experiencias que van tejiendo nuestras vidas. Queriendo permanecer en su Amor,  hoy en la Eucaristía todas las Hijas de la Caridad del mundo pronunciamos de nuevo nuestros votos, por un año,  estrenando y acogiendo así este don de Dios en total libertad.  Entregadas a Dios en comunidad  para el servicio a los más olvidados volvemos a decir nuestro SI, uniéndolo al SÍ humilde y confiado de María. Me hace feliz compartir con vosotros este precioso milagro en que Dios entreteje Su historia con la nuestra y nos vuelve a llamar por nuestro nombre verdadero, "Hija mía, Hijo mío".
"Las promesas de Dios se realizaron en la encarnación de su Hijo y se cumplen cada vez que nos dejamos transformar por su Espíritu de Amor". Estas palabras de sor Evelyne Franc, nuestra superiora general, nos recuerdan el misterio que celebramos hoy.   El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros.  Y el Espíritu de Amor se derramó en nuestros corazones por su infinita misericordia.  ¡¡Así se encarna también en nosotros!! Nuestra vocación es ser expresión de este amor mediante el servicio, al hermano, como Jesús. 
Bendigamos al Señor unidas a María que dijo su SÍ en humildad y confianza.

¡¡Gracias por vuestra amistad, que también sostiene y anima mi vocación!!

Unidos en la meditación diaria os abrazo.


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